(348 palabras) Las imágenes femeninas en la novela épica "Quiet Don" juegan un papel muy importante, cada imagen es simbólica y tiene un significado especial que afecta la percepción de toda la novela. Pero su destino es realmente muy trágico, es difícil decir que al menos una mujer de la novela es realmente feliz.
Las mujeres en ese momento no eran fáciles, especialmente las cosacas. Siempre dependían de los hombres, de los caprichos de los hombres, tenían que aceptar mansamente todo y estar de acuerdo con todo, en términos generales, las mujeres no eran nadie. Esto se muestra muy bien en la novela. Pero a pesar de todo esto, el fuego en las almas femeninas no se extinguió, sino que alimentó a los que las rodeaban, por su fuerza interior despertó el respeto entre los lectores. Fueron ellos quienes, en todas las circunstancias, continuaron criando niños, manteniendo la comodidad y el apoyo en el hogar. Gracias a las mujeres, fue mucho más fácil sobrevivir a esos terribles eventos asociados con la guerra y la revolución.
En la novela "Quiet Don" hay dos imágenes femeninas principales. Esta es la madre de Grigory Melekhov - Ilyinichna, su esposa Natalya. Estas dos mujeres son importantes para Gregory y para la novela en general.
Ilyinichna: la personificación de una mujer real. Combina todas las cualidades femeninas importantes: amor, fidelidad, misericordia, justicia, severidad moderada. Ella le enseñó a Gregory lo mejor de su primera infancia, y por el bien de los sentimientos de su hija, lleva a su hijo mayor, el odiado asesino, a su casa, al final reconciliándose con esto. Ilyinichna transmitió toda su vida amor maternal sincero y fidelidad conyugal. Antes de morir, ella solo quiere una cosa: ver a su hijo Gregory por última vez, pero el destino decretó lo contrario.
Natalya también es una mujer real con una tremenda fuerza moral. Era una esposa no amada, pero su gran amor por Gregory la ayudó a vivir, a tener hijos de él y a compartir este sentimiento, cuidado y calidez no solo con su esposo, sino también con los niños. Natalya no pudo soportar la traición y la traición de su esposo y decidió cometer un alma pecaminosa: suicidarse, después de un intento fallido, murió de una pérdida severa de sangre, tuvo un aborto por su cuenta, matando así no solo a sí misma, sino también a su hijo común con Grigory.
El destino de estas mujeres es un vívido ejemplo del destino de la mayoría de las mujeres cosacas. Sus destinos fueron más bien quebrados, no por circunstancias crueles en forma de guerra, sino por experiencias trágicas personales, pérdida de seres queridos, traición.